Introducción a Los Santos Inocentes
La novela Los Santos Inocentes de Miguel Delibes tiene su origen en «La milana», un cuento que apareció en la revista «Mundo Hispánico» como homenaje al profesor Alarcos. El título alude a la festividad religiosa de diciembre, vinculándose al profundo sentimiento cristiano de Delibes. La obra se erige como una potente denuncia contra la injusticia social y la opresión injustificada, nacida de las convicciones cristianas del autor.
Los «inocentes» a los que se refiere el título son, principalmente, Azarías y la Niña Chica, personajes marcados por su deficiencia mental que los excluye de cualquier consideración social convencional. Sin embargo, Paco el Bajo y su familia también son considerados «inocentes sociales», aquellos que sufren directamente el trato injusto y la humillación por parte de quienes ostentan el poder. Azarías, libre de culpa moral debido a su condición, se venga personalmente del opresor, el señorito Iván, cuya muerte puede interpretarse como una posible puerta hacia la redención de los oprimidos.
El conflicto central de la novela es la demostración palpable de esta denuncia y del sometimiento en que viven los personajes humildes. En esta obra, Delibes presenta el campo no como un lugar idílico, sino como una tierra de sufrimiento y explotación. Se enfrentan dos mundos: los opresores (dueños de la tierra) y los oprimidos (considerados casi como parte de la propiedad del señor). Se retrata un mundo moralmente degradado: Don Pedro es un cornudo consentido, su esposa una provocadora, y el señorito Iván la encarnación del mal y el desprecio. La obra presenta rasgos tremendistas, reminiscentes de otras novelas de Delibes como Las ratas. La muerte de Iván, que transgrede el orden natural por su crueldad y falta de respeto hacia la vida (simbolizada en la milana), se justifica bajo la lógica primitiva del «ojo por ojo», implicando una restitución de dicho orden natural.
La Denuncia Social
Para Delibes, el lenguaje y los actos de los personajes son elementos cruciales que permiten indagar en la intención denunciadora del autor. En Los Santos Inocentes, esta intención es clara: denunciar la injusticia en que viven los desheredados, los explotados, los parias de la tierra, en el marco de un cortijo extremeño durante los años 60, donde perdura un régimen de semiesclavitud. La frase «Paco el Bajo humilló la cerviz» encapsula esta sumisión impuesta para mantener el modelo social imperante.
Los Santos Inocentes es una novela eminentemente social porque:
- Son los personajes quienes, con sus acciones y palabras, construyen una sólida trama que refleja la realidad social.
- El tema central es la denuncia de los abusos de los poderosos frente a los oprimidos.
- El autor consigue provocar la indignación del lector frente a la crueldad y la injusticia narradas.
Estructura de la Obra
El crimen del señorito Iván puede enfocarse de dos maneras dentro de la estructura narrativa:
- Como el acontecimiento decisivo que justifica y motiva el relato de todos los hechos anteriores.
- Como un acontecimiento notable, pero de importancia semejante a otros que componen la intriga y el retrato de la vida en el cortijo.
La novela se divide en seis libros, que pueden agruparse en tres partes:
Primera Parte (Libros 1º, 2º y 3º)
Se centra en la presentación de los personajes humillados, explorando su situación desde una perspectiva social y existencial.
Segunda Parte (Libro 4º)
Introduce al personaje antagónico principal, el señorito Iván. Se desarrolla la tensión entre la pasión por la caza de Iván y el amor por la milana de Azarías. Se produce un descubrimiento descarnado de la miseria material y moral.
Tercera Parte (Libros 5º y 6º)
Presenta los accidentes y tensiones preparatorios del desenlace final (Libro 5º). Culmina con el enfrentamiento directo entre Azarías y el señorito Iván, la muerte absurda e inútil de la milana a manos de este último, y el consecuente crimen cometido por Azarías (Libro 6º).
En cuanto a la estructura interna, el perfil humano de los personajes, y especialmente el de Azarías, se construye progresivamente hasta culminar en el asesinato del señorito Iván. El marco espacial fundamental es el cortijo. Delibes enfrenta dos concepciones del mundo: la de los señoritos, basada en el poder, el capricho y el desprecio por la naturaleza y los hombres; y la de los humildes, fundada en la integración resignada (o instintiva, en el caso de Azarías) en el medio natural y social.
Retrato de los Personajes Principales
La novela gira en torno a dos grupos sociales claramente diferenciados:
- La familia de sirvientes: Formada por Paco el Bajo y Régula, sus hijos Quirce, Nieves y la Niña Chica (con una grave discapacidad), y el hermano de Régula, el deficiente Azarías.
- El grupo de clase alta: Incluye al señorito Iván, la Marquesa (su madre), Miriam (su hermana), el Ministro y otros invitados de la clase dominante.
También existen personajes de tercer plano, como el resto de sirvientes del cortijo o Manolo el médico.
Personajes Clave:
Azarías
Su descripción física (prosopografía) gira en torno a su apariencia marcada por la condición económica y social, su aspecto descuidado y su falta de aseo: lleva ropa rota y remendada, anda descalzo y sucio. Su caracterización psicológica (etopeya) se centra en su conducta instintiva y sus labores simples en el cortijo. Es un ser simple y primario, que se mantiene al margen de todo aprendizaje consciente y disciplinado. Su perturbación mental le hace sufrir alucinaciones, como ver a su hermano muerto.
Paco el Bajo
Representa la sumisión y la habilidad práctica (especialmente en la caza), aunque también una dignidad callada.
El Señorito Iván
Encarna la crueldad, el capricho, el egoísmo y el desprecio absoluto hacia los sirvientes y la naturaleza cuando no sirve a sus intereses (la caza).
Régula
Representa el amor maternal, el sufrimiento callado, la resignación y la disposición constante a servir.
La Niña Chica
Un ser completamente dependiente, símbolo de la inocencia más absoluta y desvalida.
Don Pedro, el Perito
Administrador del cortijo, un personaje a medio camino entre los amos y los sirvientes, a menudo servil con los primeros y autoritario con los segundos. Su situación personal (marido cornudo) añade complejidad.
Doña Pura
Esposa de Don Pedro, ejemplo de frivolidad absoluta, representa la vaciedad y superficialidad.
La Señorita Miriam
Hermana de Iván, es la figura que encarna una incipiente conciencia social entre los acomodados, mostrando cierta empatía hacia los sirvientes, aunque de forma superficial.
La Marquesa
Madre de Iván, representa el lado femenino del poder y la autoridad distante de la clase alta.
Quirce
Hijo mayor de Paco y Régula, simboliza la insumisión silenciosa y el deseo de escapar del destino servil de su familia.
Rogelio
Sobrino de Azarías, se ocupa del tractor y cuida de su tío. En él hallamos signos de contacto con el progreso y sentimientos de afecto por los necesitados.
A Delibes se le ha achacado cierto maniqueísmo, pues los rasgos que denotan bondad se atribuyen mayoritariamente a los personajes humildes, mientras que los que denotan maldad se asocian a los amos. Sin embargo, el autor trató de paliar esta oposición entre buenos y malos con la inclusión de otros personajes más complejos como:
- Don Pedro, el Perito
- La Señorita Miriam
- René, el Francés (preceptor)
- Quirce
- Algunos personajes de tercer plano
Temas Principales
La novela aborda múltiples temas interrelacionados:
- La afirmación de que la felicidad no la da el dinero ni la posición social.
- La brutal opresión y explotación por parte de los señores.
- El profundo desprecio hacia los criados, considerados inferiores.
- Las humillaciones constantes a las que son sometidos los sirvientes.
- La incultura y el analfabetismo generalizados en las clases bajas como factor de perpetuación de la injusticia.
- La resignación de las clases bajas al aceptar su condición de inferiores, aunque con fisuras (Quirce, Azarías).
- La conexión profunda con la naturaleza (Azarías, Paco) frente a su uso como mero objeto de ocio (Iván).
- La caza como símbolo de poder y dominio.
El Tiempo
No existe una fecha explícita que indique el año exacto en el que transcurre la novela, pero el contexto (la pervivencia de estructuras sociales arcaicas, la mención a elementos como el Seiscientos) la sitúa claramente en la España rural de los años 60, bajo el régimen franquista.
El Espacio
En la novela de Delibes hay dos constantes: Castilla (aunque aquí se traslada a un cortijo que evoca Extremadura) y el mundo rural. Existe una oposición significativa entre los espacios abiertos (el campo, lugar de trabajo y de conexión con la naturaleza para los humildes, y de ocio para los señores) y los espacios cerrados (las chozas miserables de los sirvientes, la casa señorial). El cortijo funciona como un microcosmos que refleja las tensiones sociales de la época.
Técnicas Narrativas
Existe un narrador en tercera persona que se presenta como un observador directo, casi como si poseyera una completa documentación de los hechos. Es un narrador predominantemente omnisciente, aunque a veces adopta la perspectiva de un narrador testigo. Sus rasgos principales son:
- Utilización de la tercera persona narrativa.
- Detallismo en las descripciones de ambientes, acciones y personajes.
El narrador se sitúa claramente en una posición de simpatía hacia los personajes oprimidos. Su presencia es perceptible en:
- El propio título de la novela.
- La referencia a los niños como parte de los «santos inocentes».
- La adopción de un registro lingüístico cercano al de los personajes desheredados para comunicar su realidad.
Por ello, el lenguaje de la narración adquiere un marcado tono de oralidad constante. Estilísticamente, la obra discurre por vías muy normales, sin grandes experimentalismos formales. Combina perfectamente la oralidad de los personajes y el uso literario de la lengua en un discurso continuo, caracterizado por la ausencia de puntos y aparte dentro de los capítulos (solo hay punto final al concluir cada uno), lo que contribuye a esa sensación de flujo oral ininterrumpido.
El narrador renuncia a la objetividad para colocarse en una posición cercana a los personajes inocentes. La novela no utiliza marcas de diálogo tradicionales (guion, comillas) ni transcribe indirectamente mediante fórmulas explícitas de verbos ‘dicendi’ (dijo, preguntó), integrando las voces de los personajes directamente en el flujo narrativo.
Habla Popular
Una de las notas distintivas de Los Santos Inocentes es el magistral empleo del registro coloquial y rural. Se salva la voz del señorito Lucas (personaje de otra obra, aunque el estilo es similar al de Iván), que representa la cultura oficial y distante. Los coloquialismos y un lenguaje certero y preciso, adaptado a cada personaje, constituyen un gran acierto de la novela.
El lenguaje es de base oral, primando sobre consideraciones puramente literarias; por eso utiliza abundantemente la yuxtaposición y el polisíndeton («y… y… y…»). Cuando decimos registro coloquial, nos referimos a un lenguaje llano, sencillo, directo, pero también enormemente expresivo y efectivo. Destacan:
- Léxico específico:
- De la caza: destaca la metonimia (‘escopeta’ para nombrar al cazador).
- Términos propios de la naturaleza: De la flora (‘madroño’, ‘jara’), de la fauna (‘perdices’, ‘tórtolas’, ‘milana’) y espacios topográficos (‘Cerro de las Corzas’, ‘Portugal’).
- Usos lingüísticos propios del habla popular:
- Coloquialismos y frases hechas: ‘sin ton ni son’, ‘salirse de tiesto’.
- Pronombres pleonásticos: pronombres personales átonos sin función gramatical aparente, que refuerzan el carácter coloquial-vulgar (‘se lo comió todo’).
- Términos de carácter soez o vulgar.
- Onomatopeyas (‘¡quiá!’, el ‘guirigay’ de Azarías).
- Utilización del nombre propio de una persona precedido de un artículo (‘la Régula’, ‘el Quirce’ en boca de otros personajes).
- Vulgarismos fonéticos o léxicos: como «el Perito» (por ‘perito’).
- Hipérbaton (alteración del orden lógico de la frase).
- Elipsis (omisión de elementos).
- Escasez de eufemismos: El lenguaje es directo y crudo.
- Vocativos recurrentes: Como el entrañable «milana bonita» de Azarías.