Poetas de 1910

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LA POESÍA DEL EXILIO

El exilio se cebó con nuestros poetas. La lista de poetas que salieron al destierro es muy larga y en ella habría que distinguir a Antonio Machado (muerto a los pocos días de abandonar España), los poetas de la Generación del 14 (Moreno Villa, León Felipe y Juan Ramón Jiménez) y los poetas del Grupo del 27 (Lorca había muerto, de los demás, todos menos tres se exiliaron).Junto a estos, figuran poetas que apenas habían iniciado su obra antes de la guerra o que la compondrán toda en el exilio.El tema de la “patria perdida“ ocupa un lugar preeminente en sus versos. En un primer momento, sus poemas evocan la lucha, las ilusiones, la derrota, junto a las imprecaciones contra los vencedores, domina un tono desesperado y amargo. Con el correr del tiempo, tales rasgos van cediendo el paso a una dolorida nostalgia, a los recuerdos, a la evocación de las lejanas tierras españolas y al ansia de volver. Pero también se incrementará el cultivo de otros temas, ya sean las eternas preocupaciones humanas, ya ciertas realidades de las tierras que los acogieron. Destacaremos un nombre notable:
Juan Gil Albert (1904-1994): Nacíó en Alcoy (Alicante), fue un poeta vanguardista y surrealista. Su primer libro de poemas fue Misteriosa presencia (1936), unos sonetos amorosos, al que siguieron Son nombres ignorados (1938), en el que da cuenta de su dolorosa experiencia en la Guerra Civil española.

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LA POESÍA QUE SE ESCRIBE EN ESPAÑA. LA GENERACIÓN DEL 36

En los primeros años de la postguerra, la poesía española se bifurca en dos direcciones: la poesía ARRAIGADA, de corte clásico y conformista, y la poesía DESARRAIGADA, existencialista y crítica con la penosa realidad social. No obstante, existieron otras tendencias poéticas, alejadas de la crítica social o los problemas existenciales, tales como el Postismo.
Con el nombre de Generación del 36 se denomina a todos estos poetas que empezaron a escribir sus primeros libros hacia esa fecha y que continuaron su labor tras la guerra incluyéndose en una u otra tendencia.

1. El Postismo. Carlos Edmundo de Ory


El Postismo fue un movimiento poético que pretendía volver al gusto por el estilo cuidado, por la búsqueda de la belleza y el anhelo de la poesía pura, sin interferencias sociales ni humanas. Destaca Carlos Edmundo de Ory. Este poeta nacíó en Cádiz en 1923 y vivíó en Madrid a partir de 1942, donde publicó su primer libro de poemas, Versos de pronto (1945).

2. La poesía arraigada

  • Dionisio Ridruejo


    Fue uno de los más genuinos representantes de la generación del 36 y fundador de la revista Escorial (ideario falangista partiendo de planteamientos estéticos clásicos). Nacíó en Burgo de Osma (Soria) en 1912 y fue un protagonista activo de la política española (pertenecíó a Falange Española y a él se debe la letra del himno Cara al sol). Su lírica es testimonial e intimista, de corte clásico y sus motivos se mueven en torno al tema amoroso, la naturaleza, los sentimientos religiosos y patrióticos o el arte y la literatura. Discípulo de Antonio Machado, en su primer libro, Plural (1935), se nota su influencia. Siguieron después unas obras militantes y de circunstancias, como Primer libro de amor (1936), Poesía en armas (1939)…
  • Luis Rosales


    Nacíó en Granada en 1910.
    Publicó su primer libro de poemas, Abril, en 1935, fecha que permite incluirlo en la llamada «Generación del 36». Entre las obras de Rosales destaca La casa encendida (1949).
  • Luis Felipe Vivanco


    Nacido en San Lorenzo de El Escorial en 1907. Su primer libro, Cantos de primavera (1933), es una salutación al amor desde planteamientos trascendentes. Su obra se caracteriza por un tono optimista, religioso e intimista.

    3. La poesía desarraigada

    • Miguel Hernández


      1Nacido en Orihuela en 1910, participó como soldado junto al ejército republicano durante la Guerra Civil. Al acabar la contienda fue encarcelado en diversas ciudades españolas y condenado a muerte. Aunque la sentencia fue conmutada por treinta años de reclusión su vida se vería truncada definitivamente en 1942, en la cárcel de Alicante, a consecuencia de la tuberculosis.2En su producción poética se han establecido CUATRO ETAPAS:

a) Etapa caracterizada por una poesía de tono Barroco, que se refleja en Perito en lunas(1934). Sobresalen las metáforas y los símbolos como medios poéticos para transmutar y enriquecer la realidad (la luna, el toro, la noria, el labrador…).B) En 1936 publica El rayo que no cesa
. El centro vital de la obra es la pasión amorosa hacia la que sería su mujer, Josefina Manresa, pero una pasión impedida por los convencionalismos de una moral provinciana: el amor es un «rayo» que se clava en el corazón con trágicos presagios de muerte. La obra se compone sobre todo de sonetos, aunque en ella se incluye en tercetos encadenados su célebre «Elegía a Ramón Sijé«, muerto en 1935, un canto sincero y emocionado al amigo.C) Durante la guerra, Miguel Hernández emplea su poesía para luchar por la causa republicana y escribe Viento del pueblo, obra con la que se suma al romancero de la Guerra Civil. Como el viento, la voz del poeta alienta a los soldados en las trincheras, arenga a la lucha, mantiene viva la esperanza. Son poemas que lloran la muerte de Lorca, de los hombres en el frente de batalla, que cantan al niño yuntero, al sudor de los campesinos, a la compañera, esposa y amante lejana…pero la muerte del primer hijo y la derrota de la guerra sumen al poeta en la desolación.D) Poesía desnuda y profunda. Son los poemas, escritos la mayoría en la cárcel, que se recogen en Cancionero y Romancero de ausencias (1938-1941): el poeta se duele de la ausencia de los suyos y escribe intensos poemas de amor a su mujer, también recuerda una guerra que sólo ha provocado odio y destrucción, pero aun así no renuncia a la esperanza. Uno de los poemas es “Nanas a la cebolla”, dedicado a su segundo hijo.

  • Dámaso AlonsoEn Dámaso Alonso confluyen sus tres vocaciones: profesor, investigador y crítico literario, y la de poeta. Como poeta, existen dos momentos bien diferenciados: el de la poesía pura de ecos juanramonianos y aquella que desgarra el panorama literario (
    Hijos de la ira (1944), Hombre y Dios (1955) y Oscura noticia (1959).

  • Blas de Otero


    Nacíó en Bilbao en 1916. En su primera obra, Cántico espiritual (1942), se perciben las influencias de la mística española. Mantiene esta tendencia religiosa en sus libros siguientes, Ángel fieramente humano (1950) y Redoble de conciencia(1951). Aquí Otero expresa su vacío interior ante la desolación del mundo y lanza súplicas a Dios sin obtener respuesta. En esta angustia su poesía se hace social en Pido la paz y la palabra (1955) y En castellano (1960), donde ahora es la lucha social, real, concreta, la que le interesa, escribiendo una poesía para la inmensa mayoría (vs Juan ramón Jiménez).
  • Gabriel Celaya


    Su primer libro, Marea de silencio (1935), refleja influencias surrealistas. En los años cincuenta se incorporó de lleno a la poesía social y se situó en una línea ideológica muy cercana a la del Partido Comunista.Sus libros más importantes son:
    Las cartas boca arriba
    (1951) y Canto en lo mío (1968).

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LA GENERACIÓN POÉTICA DEL 50

Ya en los años 50, y coincidiendo con una ligera apertura del Régimen, surge una nueva generación de jóvenes autores que, dejando a un lado el crudo Realismo social de la postguerra, pretenden dar un giro nuevo a la poesía en la línea de la depuración del estilo y el resurgimiento de nuevos temas-olvidados por los poetas realistas- tales como el amor, los recuerdos de la infancia, etc. Destacaremos los siguientes poetas:

  • José Hierro


    Se inició con una temática reivindicativa testimonial y poco a poco fue haciéndose más colectiva y existencial. En 1980 se publicó una antología que recogía su obra e incluso poemas inéditos, aunque en 1991 publicó un libro de poemas titulado Agenda
    .
  • Ángel González


    Poeta abierto a una temática social que ofrece con un distanciamiento irónico, sin por ello renunciar a un coloquialismo, un lugar destacado a la solidaridad y el amor. Su primer libro de poemas fue Áspero mundo (1956). Siguieron Grado elemental (1962) y Palabra sobre palabra (1965) de temática amorosa. Otras obras poéticas suyas son Tratado de urbanismo (1967).

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