Variedades del Español: Dialectos Históricos y Modernos

Variedades y Dialectos del Español

Una vez impuesta la norma castellana en una zona de dominio, se van creando dentro de la lengua variedades. Esto es, se van creando dialectos.

Existen dos tipos de dialectos del español: los históricos o constructivos y los modernos.

Dialectos Históricos

Los dialectos históricos nacieron como dialectos del latín y, por tanto, son “hermanos” del castellano, el gallego y el catalán. Son el astur-leonés y el navarro-aragonés. Ambos gozaron de gran prestigio y extensión; incluso el aragonés se usó en documentos oficiales hasta el siglo XVIII, pero fueron perdiendo pujanza en beneficio del castellano.

El aragonés pervive en valles del Pirineo oscense y el leonés (actualmente llamado asturiano o bable) en algunas zonas de Asturias, León y Zamora. Tanto el asturiano como el aragonés se enseñan hoy en las escuelas.

Los dialectos históricos son variedades derivadas de la fragmentación del latín durante la Edad Media. En efecto, a principios del siglo XI, el reino de Castilla, gracias a su hegemonía política, generó un sentimiento nacionalista castellano que impulsó su movilidad lingüística y la irradió como lengua de cohesión hacia los territorios vecinos. En los siglos siguientes, con la unión de las Coronas de Castilla y Aragón, la conquista de Granada, el descubrimiento y posterior colonización de América y la anexión del Reino de Navarra, el castellano ejerció demasiada fuerza como para dejar crecer a los dialectos “hermanos” que lo rodeaban.

Aragonés

En realidad, más que de “aragonés” habría que hablar de “hablas aragonesas”, dado que la unidad dentro de este dominio lingüístico está poco lograda.

Estas hablas actualmente se dan en el Alto Aragón, en valles oscenses, si bien durante la Edad Media su extensión fue muy superior. En el resto de la Comunidad Autónoma de Aragón lo que se habla es una variedad rural del castellano con algunos rasgos del antiguo aragonés.

Algunas características de las hablas aragonesas:

  • Conserva la f- inicial latina ante vocal.
  • Conserva sin alterar los grupos iniciales pl-, fl-, cl-.
  • Tiene una gran tendencia a perder la vocal final, pero sigue haciendo el plural con –s, por lo que se encuentran plurales en –ls, -rs, -ns, etc.

Además, el español que se habla en Aragón tiene una serie de rasgos característicos:

  • Entonación claramente ascendente y con tendencia a alargar la vocal final.
  • Se evita muchas veces el acento en posición esdrújula.
  • El sufijo dominante de diminutivo es –ico.
  • Se emplea mucho la partícula “pues”, con usos muy variados.

Leonés (Asturiano)

Del dialecto medieval leonés se conservan numerosos rasgos lingüísticos en zonas del antiguo reino de León como Asturias, León y Zamora.

En Asturias su uso se está fomentando desde la Administración en las escuelas y en algunos ámbitos públicos. En 1980 se creó la Academia de la Lengua Asturiana que, desde entonces, se esfuerza en unificar las distintas variedades que se pueden distinguir en la zona. La variante dominante en la normalización es la central, propia de las grandes ciudades como Gijón u Oviedo.

Como características relevantes destacan:

  • Suele conservar la f- inicial latina ante vocal.
  • Es muy normal el “yeísmo” (pronunciar la “ll” como la “y”).
  • Las vocales finales –o y –e tienden a realizarse como –u e –i respectivamente.
  • El singular del verbo “ser” es: yo soy, tú yes, él ye.
  • El plural de los sustantivos acabados en “-a” es “-es”.

El español de los asturianos también tiene una serie de características propias, como son:

  • Pronunciar –o y –e finales como –u y –i, respectivamente.
  • Hacer los diminutivos en –ín, -ina.
  • Construir artículo + posesivo + sustantivo.
  • Usar “ye”, “yes” en lugar de “es”, “eres”.
  • Tendencia a usar los verbos pronominales sin pronombre.
  • Evitar el pronombre personal átono al principio de la frase.

Dialectos Meridionales o Modernos

El castellano ha generado unas diferencias en las distintas zonas peninsulares y en Canarias. Se da el nombre de dialectos meridionales o modernos a las modalidades surgidas del siglo XVI en el sur peninsular: andaluz, extremeño, murciano y, fuera de la Península, canario. En general, estas modalidades comparten algunas características, todas ellas por regla general presentes en el andaluz.

Extremeño

Tiene claras influencias del andaluz y el castellano por cuestiones de proximidad geográfica y del leonés por cuestiones de repoblación. El andaluz influye más en la zona de Badajoz, y el leonés en la de Cáceres. El castellano influye, evidentemente, en todas partes.

De entre las características del extremeño destacamos:

  • Conservación, en algunas zonas, de la distinta pronunciación de “ll” y “y”.
  • Neutralización de –r y –l finales.

En conjunto, lo que más caracteriza al español de los hablantes de Extremadura es su tendencia generalizada a la aspiración (casi desaparición) de muchos fonemas consonánticos finales.

En la provincia de Cáceres, dentro del extremeño, se recoge la presencia de una modalidad dialectal denominada fala extremeña. No está muy claro su origen: los investigadores opinan que puede ser tanto un resto del antiguo dominio medieval, del leonés, una variante del portugués o una derivación de la Reconquista, del gallego. La fala es un bien cultural protegido por la Junta de Extremadura.

Murciano

Llega a entrar en tierras de Albacete, Alicante, Jaén, Granada y Almería, además de casi toda la provincia de Murcia.

De entre sus características destacamos:

  • Diminutivo de origen aragonés –ico, que llega a convertirse en –iquio.
  • La aspiración de la –s final llega hasta el extremo de su desaparición, y para señalar el plural abren mucho la vocal anterior.
  • Suelen neutralizar los sonidos –l y –r.
  • Presencia de interfijos nasales (-n): “muncho”.

Andaluz

Las fronteras del andaluz quedan definidas por una serie de características meridionales comunes a todas las variedades dialectales del sur peninsular y de Canarias: el yeísmo; relajación de la –s final de sílaba, que se aspira o asimila al sonido siguiente; trueque de –l- y -r-; relajación hasta la elisión de las consonantes sonoras intervocálicas, pero no todas estas peculiaridades se dan solo en Andalucía.

Dentro de Andalucía se suelen establecer dos amplias zonas: la occidental (desde Málaga hasta Huelva) y la oriental (desde Córdoba hasta Almería), que coinciden con la zona que no distingue entre singular y plural (la occidental) y la que distingue singular y plural por la abertura mayor o menor de la vocal final (la oriental).

Los rasgos generales que caracterizarían al andaluz serían:

  • Existe seseo o ceceo.
  • Aspiran muchos fonemas (tanto iniciales como finales).
  • Generalización del yeísmo, etc.

En el léxico, Andalucía conserva bastantes arcaísmos y numerosos arabismos que no son comunes en el resto de España.

Canario

El castellano llega a Canarias en el siglo XV. La repoblación de las islas se llevó a cabo desde Andalucía, de forma que el dialecto canario participa de las características fundamentales del andaluz:

  • Seseo.
  • Asimilación de –s- al sonido consonántico siguiente.
  • Como en el andaluz occidental, ha perdido el “vosotros” a favor del “ustedes”.

También es muy común el uso de “haber” como verbo impersonal. Como rasgo individualizado, es significativo el uso de léxico de origen de sustrato guanche.

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