Análisis del soneto xxlll de Garcilaso de la Vega


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1.1. EL AUTOR

Garcilaso de la Vega (1501-1536). Nacíó en Toledo, en el seno de una familia de la nobleza. Participó activamente en la vida de la corte humanista y renacentista del emperador Carlos V.
En 1526, tras casarse con Elena de Zúñiga, viajó a Granada con motivo del matrimonio del emperador con Isabel de Portugal. Allí conocíó a la dama portuguesa Isabel Freire, de la que se enamoró perdidamente, y a quien se cree que está dedicada la mayor parte de sus versos.
En 1531 fue desterrado a una isla del Danubio por participar en la boda de su sobrino sin la autorización del emperador. De allí viajó a Nápoles, donde tuvo un contacto directo con la poesía italiana. Recuperado el favor imperial, participó en diversas batallas. Murió en Francia, por las heridas sufridas durante el ataque a la fortaleza de Muy.

Garcilaso es el prototipo de noble cortesano: hombre de armas y letras, soldado y poeta. Debido a sus viajes, conocíó directamente la poesía renacentista italiana, introdujo en España el modelo petrarquista y lo hizo triunfar.
Su obra poética es escasa: algunos poemas en octosílabos, cuarenta sonetos, tres églogas, cinco canciones, una epístola y dos elegías. Sin embargo, estas composiciones otorgaron una nueva orientación a la lírica española.
El tema más importante de la poesía garcilasista es la queja amorosa por el rechazo o la muerte de la amada.
Para mostrar su dolor, Garcilaso compone poemas en primera persona o imagina historias protagonizadas por pastores o personajes mitológicos, a través de cuyas voces expresa sus propios sentimientos.

1.2. LA OBRA

La obra es una de sus tres églogas, la “Égloga III” y pertenece al género literario poético o lírico, ya que en lugar de tener líneas y párrafos tiene versos y estrofas, donde hay rimas por todo el poema, y también porque el autor expresa sus emociones y sentimientos.
Las obras de Garcilaso de la Vega pertenecen al Renacimiento, que nacíó en las ciudades del norte de Italia en el Siglo XIV, y desde allí se difundíó por Europa. A España llegó en el Siglo XVI, durante el reinado de los Austrias Mayores.
2.1. ARGUMENTO O RESUMEN

La “Égloga III” describe una belleza idealizada de un paisaje del Tajo, que corresponde a una naturaleza idílica (tópico clásico “locus amoenus”), espacio fresco, con árboles, flores, aves, agua… , donde cuenta la aparición de una ninfa.

2.2. TEMA

El tema es “la descripción de una naturaleza idílica”.

2.3. ESTRUCTURA DEL CONTENIDO

El poema está formado por tres estrofas de ocho versos cada una, en total 24 versos. Aunque según lo visto en “Internet” el poema tiene más estrofas, 47 en total, porque posteriormente hay partes donde aparecen conversaciones de personajes.
La estrofa es una octava real, compuesta por ocho versos endecasílabos; en los seis primeros, la rima es ABABAB, mientras que los dos últimos forman un pareado.


3.1. EL ESTILO

Su lenguaje es florido, con palabras muy cultas y detalladas, el autor utiliza un tono natural, agradable. Y escribe de una forma estilizada, exagerando las realidades y expresando todo como si fuera maravilloso o perfecto (con los pajarillos, el río, los grandes árboles…), claramente utiliza el lado agradable y estético de las cosas.

3.2. ANÁLISIS DE LA FORMA

– Plano fónico.
El análisis métrico del poema es:
11A 11B 11A 11B 11A 11B 11C 11C y así en las otras dos estrofas.
– Plano morfosintáctico.
En la segunda estrofa, el segundo verso, muestra un hipérbaton, que consiste en desordenar el orden natural sintáctico de la frase: “Tajo en aquella parte caminaba” y también en la tercera estrofa, el séptimo verso, “en el silencio solo se escuchaba”.
– Plano semántico.
En la segunda estrofa, el quinto verso, muestra una metáfora, que es una identidad figurada, es decir, imaginada, entre dos términos: “sus cabellos de oro fino”, se refiere a que son muy lisos y muy rubios.
También en la primera estrofa, dos últimos versos, hay una personificación, atribución de cualidades humanas a objetos inanimados: “El agua baña el prado con sonido,
alegrando la vista y el oído.

4. CONCLUSIÓN

En su égloga
III, Garcilaso quiso mostrar lo bien que se vive o como se puede reflexionar en un lugar tan tranquilo, alejado de la sociedad y tan bonito (con sus flores, pajarillos, el río…). Por mi parte, al hablar de la ninfa, creo yo que como mencióné de su vida, se refería a Isabel de Freire (el cual estuvo locamente enamorado de ella, y se cree que sus versos iban dedicados a ella).
Pienso que Garcilaso de la Vega es un autor que sabe escribir pero, sin embargo, muchas veces se estremece con tantas perfecciones y cosas bonitas en los lugares que describe. Eso es lo que menos me gusta de este autor… te llena de irrealidades (“empalaga”), cuando el mundo no es así.

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