La Trayectoria Dramática de Ramón María del Valle-Inclán
Para algunos, el autor más importante de la dramaturgia nacional. Su obra supone una revolución en la historia del teatro español y la semilla de los nuevos caminos abiertos por el teatro actual (llegando a influir en el llamado «teatro del absurdo»). Evoluciona desde un Modernismo elegante y nostálgico a una literatura crítica, basada en una feroz distorsión de la realidad.
Su obra teatral suele agruparse en tres ciclos:
Los inicios: dramas decadentistas
La producción dramática de Valle sigue una evolución similar a su narrativa: las primeras piezas, como El marqués de Bradomín, Cuento de abril y Voces de gesta corresponden al género del “teatro poético” o modernista, de tema histórico, tono heroico e ideología tradicionalista.
Dramas de ambiente galaico y farsas
Comienza a aparecer en su obra cierta conciencia de realidad, que sin embargo se expresa a través de elementos míticos. En esta época, Valle comienza a regodearse en lo clásico, cuyo particular tratamiento da lugar a sus tres Comedias bárbaras y a Divinas palabras, así como en las farsas, en las que los personajes comienzan a ser tratados como peleles, como marionetas (al igual que, en otro sentido, sucederá en los “esperpentos”): La cabeza del dragón, La marquesa Rosalinda y Farsa y licencia de la reina castiza.
El esperpento
Esa realidad que Valle presenta de modo caricaturesco va dejando sitio a una visión progresivamente más profunda y a una crítica de alcance universal, resultado del inconformismo del autor con toda la realidad y con toda la sociedad y que quedará definida como el esperpento.
Esperpento: persona extravagante, absurda. Para Valle es una estética que quiere “ser una superación del dolor y de la risa”. Su mejor definición se halla en la escena XII de Luces de bohemia.
El ESPERPENTO es un intento de presentar la realidad española, pero dando no una visión natural y real, sino presentando los hechos de una manera exagerada y burlesca. Nos presenta una realidad deformada, para que el espectador quede sorprendido y tome conciencia de la misma. El objetivo es parecido al mismo que perseguirá más tarde B. Brecht con su “técnica del distanciamiento«. Se presenta en el escenario un mundo insólito y sorprendente, para que el espectador lo relacione con su propia realidad cotidiana y se dé cuenta de lo que esta tiene también de insólito. En Luces de bohemia dirá por boca de Max Estrella, uno de sus personajes más queridos: “Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el “esperpento”. Las imágenes más bellas, reflejadas en un espejo cóncavo, son absurdas. (…) Deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España. El “esperpento” no es tanto un género dramático como una forma de concebir la literatura y resultado, a su vez, de una actitud ante la realidad.” Así podemos observarlo en las cuatro obras que Valle bautizó como “esperpentos”: Luces de bohemia, Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán.
Algunos rasgos del esperpento
- Deformación, distorsión de la realidad; se esperpentiza incluso la muerte, que se deforma paródicamente. Descubre cuanto hay de negativo en la condición humana, siempre con una intención crítica, aunque no proponga soluciones.
- Degradación de los personajes mediante rasgos de animalización, cosificación o muñequización. De esta manera, entre los personajes predominan los fracasados, los bohemios, los borrachos y prostitutas, los mendigos…que pululan en ambientes míseros como burdeles, tabernas y antros de juego, calles inseguras de un Madrid nocturno…
- Empleo de contrastes, especialmente entre lo doloroso y lo grotesco.
- Tipo de humor agrio, mordaz. Valle se ríe de todo lo que observa y utiliza la sátira.
- Lenguaje rico, con variedad de registros, bien para caracterizar a sus personajes, o bien al servicio de la parodia o de la crítica. Valle muestra su dominio del lenguaje, su maestría en el uso de coloquialismos, modismos, habla acanallada, jergal, barriobajera o culta…
- Dominio del diálogo.
- Inclusión de luces, sombras y espejos (recordaremos los del callejón del Gato, en Madrid), donde la realidad, deformada, se mezcla con la fantasía o el ensueño, siempre tragicómico.
Luces de bohemia
En este drama se cuenta el dantesco viaje de Max Estrella, poeta ciego, guiado por su amigo Latino de Híspalis por diversos lugares madrileños, hasta su muerte en su propia casa. La acción se estructura en quince escenas, que abarcan desde el atardecer a la noche del día siguiente, y se desarrolla en lugares múltiples: un cuarto miserable, una librería, una calle, un calabozo… Al héroe, un poeta convertido en un simple cesante por la fatalidad y el destino, solo le quedan la impotencia, la rabia y la vergüenza. Los personajes, con su continua gesticulación, parecen marionetas en su pretensión de trágicos.
Valle-Inclán emplea citas ajenas como recurso paródico. Este fenómeno, de raigambre modernista, ya se encontraba en las Sonatas, pero mientras que en estas funcionaban con absoluta seriedad, configurando la personalidad de Bradomín, en Luces de bohemia adquieren una finalidad cómica, paródica.
De la crítica de Luces de bohemia no se libra nadie, desde la monarquía hasta el último plebeyo, pasando por la estéril bohemia: la queja es así total y aparece por primera vez una crítica colectiva. La obra constituye una feroz sátira política y social de la España del momento.
Los sucesos históricos se proyectan de manera grotesca; de este modo, evidenciando su carácter absurdo, aunque presentan consecuencias desastrosas. El público, al analizarlos distanciadamente, aprenderá a ser crítico.