Legado Literario Medieval Español: Épica, Mester de Clerecía y Romancero

La Poesía Épica Medieval y el Cantar de Mio Cid

La poesía épica, un tipo de poesía narrativa, se relaciona con el deseo de exaltar a los héroes pasados y afianzar el sentimiento nacional. Los cantares de gesta son composiciones técnicamente complejas que forman la épica medieval. Entre los más famosos se encuentra la Chanson de Roland, que narra las hazañas de un caballero de Carlomagno, en los cantares de gesta franceses. En la gesta castellana destacan el Poema de Fernán González y el Cantar de Mio Cid.

Características del Cantar de Mio Cid

De estos, el Cantar de Mio Cid es el único conservado casi en su totalidad en un manuscrito del siglo XIV, que parece ser una copia de otro de 1207, atribuido a un tal Per Abbat, de autoría desconocida. El cantar trata sobre la vida del Cid Campeador, caballero de las cortes de Sancho II de León y, posteriormente, de Alfonso VI de Castilla. Su figura se exalta a través de sus cualidades como valeroso caballero, buen esposo y padre, súbdito ejemplar y fervoroso cristiano. La obra hace referencia a la oposición entre los caballeros villanos y la nobleza de linaje. A diferencia de los héroes franceses, el Cid se caracteriza por la mesura: es astuto, prudente y equilibrado.

Temas Centrales: Honra y Honor

Se desarrolla en torno al problema público de la honra y el privado del honor:

  • La recuperación de la honra: es desterrado por el rey debido a falsas acusaciones y lleva a cabo una serie de hazañas para aumentar su fama y riqueza, consiguiendo así el perdón real.
  • La recuperación del honor: sufre una ofensa personal por parte de sus yernos, quienes maltratan a sus hijas; el Cid consigue para ellas un nuevo matrimonio, esta vez con príncipes herederos de Navarra y Aragón, restaurando su honor mediante un riepto.

Métrica y Estructura

El Poema de Mio Cid presenta una métrica irregular, con versos de aproximadamente entre 16 y 20 sílabas, de rima asonante y divididos por una cesura en dos hemistiquios. En su estructura externa, se divide en tres cantares: Cantar del Destierro, Cantar de las Bodas y Cantar de la Afrenta de Corpes.

Recursos Narrativos y Estilísticos

A lo largo de la obra se utilizan la elipsis (que evita, elimina o anuncia hechos futuros) y la prolepsis (que avanza datos). El narrador omnipresente las emplea para crear intriga, al igual que el discurso dramático.

Debido a su transmisión oral, además de las irregularidades métricas, aparecen recursos mnemotécnicos como el formulismo (grupos de palabras que aparecen regularmente con función fática o conativa, dirigidas al público, o como epítetos épicos para ensalzar al héroe). Otros recursos son las frases binarias, los pleonasmos, las anáforas y los paralelismos.

El Mester de Clerecía y Gonzalo de Berceo

Características del Mester de Clerecía

El Mester de Clerecía surge en el siglo XIII con características comunes: textos narrativos en verso de tema religioso o heroico, con intención moral o didáctica. Sus autores citan diferentes fuentes escritas. Se caracteriza por estar escrita en verso, con métrica regular y en cuaderna vía. Son textos destinados a la lectura individual o colectiva, tanto religiosa como laica, y se difundían oralmente por juglares o sermones.

Las primeras obras de clerecía son anónimas, como el Libro de Alexandre, cuyo héroe es Alejandro Magno, y el Libro de Apolonio, rey de Tiro.

Gonzalo de Berceo: Autor y Obra

Los textos de Berceo responden al Concilio de Letrán, reflejando la necesidad de un cambio en la educación, tanto de clérigos como de laicos. Los poemas de Berceo se dirigen a monjes, sacerdotes y novicios, quienes transmitían la enseñanza de la doctrina cristiana por medio de la lengua vernácula. Gonzalo de Berceo es el autor más importante de la época y tiene conciencia de autor, firmando sus obras.

Tipos de Obras de Berceo

Se distinguen tres tipos de obras:

  • Obras hagiográficas: vidas de santos.
  • Obras marianas: vidas de la Virgen.
  • Obras doctrinales: ritos o formas de enseñar ritos.

Milagros de Nuestra Señora

En la Europa de los siglos XII y XIII, el culto a la Virgen estaba muy extendido y eran frecuentes las peregrinaciones a santuarios marianos. Esta devoción se refleja en la iconografía y la literatura. En los Milagros de Nuestra Señora se exalta el poder mediador de la Virgen en la salvación de las almas.

Estructura y Estilo de los Milagros

La obra se estructura en dos partes:

  • Introducción: el protagonista es el narrador, que se presenta como un romero que entra en un jardín descrito como el locus amoenus. Este lugar se asocia con la Virgen María, y el romero simboliza al hombre caído por los pecados.
  • Milagros: las 25 narraciones en las cuales se muestra la acción misericordiosa de María y su poder ante Cristo.

La Virgen María aparece caracterizada con términos humanos: autoritaria, fuerte y severa. Castiga o socorre a sus devotos en peligro, que son personajes terrenales, en su mayoría vinculados a la Iglesia. El estilo de Berceo utiliza formas sintácticas complejas y crea derivación. Emplea comparaciones, bimembraciones, metáforas y recursos juglarescos.

El Libro de Buen Amor

Contexto y Autoría

El Libro de Buen Amor se compuso en el año 1330, según el manuscrito de Toledo, o en 1343, según el de Salamanca. En la obra se dice que el autor es un tal Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. En el siglo XIV, el Mester de Clerecía estaba en decadencia.

Temas y Estructura

El Libro de Buen Amor aparece como una autobiografía estructurada en aventuras amorosas en las que suele mediar un tercero. De los episodios amorosos, destaca el de Don Melón y Doña Endrina, en el que interviene el personaje de la Trotaconventos. Las protagonistas femeninas son una monja, una mora y una sarracena, entre otras. El yo protagonista introduce digresiones didácticas o moralizantes y exempla. Se intercalan también piezas líricas con el fin de ofrecer una enseñanza alegórica. La obra está escrita en cuaderna vía, aunque algunos versos presentan 16 sílabas.

Estilo y Propósito

En el prólogo en prosa se exponen los dos propósitos del autor: enseñar y recoger sus composiciones poéticas, introduciendo un cancionero narrativo. El autor manifiesta su intención de inducir al «buen amor». El vitalismo aparece asociado a muchos personajes de humor, aunque no faltan los fragmentos en tono serio. Presenta una constante ambigüedad, sustentada en el pensamiento de San Agustín, que sostenía que no debía imponerse un punto de vista al discípulo. Algunos críticos hacen hincapié en el carácter didáctico de la obra, mientras que otros la consideran una manifestación de alegría vital. Introduce el lenguaje popular, especialmente en el uso del refranero, en las llamadas de atención al oyente (formas juglarescas), eufemismos sexuales y anáforas.

El Romancero Medieval

Los romances son poemas narrativos y anónimos, destinados al canto. Su difusión se vio favorecida por el canto de ciegos y pastores, y comenzaron a recopilarse en pliegos sueltos. Se distinguen entre romances viejos y romances nuevos.

Tipos de Romances

Los romances viejos son aquellos documentados entre finales de la Edad Media y mediados del siglo XVI. Gozaron de gran popularidad debido a su anonimia y a la transmisión oral, lo que los hace difíciles de fechar; el más antiguo fue copiado hacia 1421. Los romances nuevos son aquellos compuestos por poetas desde finales del siglo XVI.

Los romances se clasifican en:

  • Romances de tema épico-medieval: narran aventuras de héroes (ej. Romances del Cid Campeador).
  • Romances de tema francés o carolingio: narran la época de Carlomagno (ej. Romances de Don Roldán y Doña Alba).
  • Romances de tema histórico: narran hechos de un pasado reciente (ej. Romances del Rey Don Pedro el Cruel).
  • Romances de tema fronterizo: narran episodios de lucha.
  • Romances de ficción: narran temas del gusto femenino, como el amor.
  • Romances de tema bíblico, grecorromano y religiosos: narran episodios de la Biblia e historias de la Antigüedad.

Discurso

Los romances suelen respetar el orden cronológico de la narración, aunque este a veces se rompe. Son habituales los comienzos in media res y los finales abruptos y suspensos. El narrador suele ser en tercera o primera persona.

Estilo

Los rasgos estilísticos de los romances incluyen:

  • Uso singular de los verbos.
  • Empleo del presente histórico y del pretérito imperfecto de indicativo.
  • Arcaísmos (rasgos fonéticos como la ‘f’ inicial latina y la ‘e’ paragógica, formas verbales arcaicas y arcaísmos léxicos).
  • Uso de fórmulas (fórmulas conativas para introducir el diálogo y apelar al auditorio, epítetos épicos y paralelismos).
  • Repeticiones (de hemistiquios y grupos de versos).
  • Otros recursos: antítesis y enumeraciones.

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