El Renacimiento en la Literatura Española
El Renacimiento se desarrolló en Italia entre los siglos XIV y XVI y se difundió por otros países europeos. El dominio aragonés en Nápoles permitió el contacto de los escritores y pensadores españoles con el mundo italiano a mediados del siglo XV. Sin embargo, el Renacimiento no se afianzó en España hasta los reinados de Carlos I y Felipe II. Durante el Renacimiento tuvo lugar un cambio en la concepción del ser humano y en sus relaciones con Dios y con la naturaleza, situándose el hombre en el centro del mundo: el antropocentrismo.
El Humanismo y la Valoración de la Lengua Nacional
La base de la transformación de la cultura renacentista fue la valoración de la educación y la recuperación de las letras clásicas realizadas por los humanistas. El humanismo fue una corriente de pensamiento basada en los studia humanitatis, que imponían el aprendizaje del latín clásico, lo que permitió el acceso directo a las obras de la Antigüedad. La lectura de los autores antiguos llevó a su imitación, entendida como conocimiento de textos diversos y recreación personal. En las obras humanísticas se exaltan la naturaleza y el placer, predominando una visión optimista y confiada del mundo. Los humanistas fueron muy apreciados, ya que participaban activamente en el desarrollo de la vida urbana.
En España, el humanismo cobró importancia a fines del siglo XV. A principios del XVI destaca la labor del cardenal Cisneros, impulsor de reformas culturales y espirituales, quien fundó la Universidad de Alcalá de Henares. Junto al humanismo, cabe mencionar la reivindicación y estudio de la lengua nacional. El español se impuso en la literatura y la ciencia. Elio Antonio de Nebrija publicó la Gramática de la lengua española y Juan de Valdés el Diálogo de la lengua.
El Ideal de Cortesano y la Renovación Poética
Durante el Renacimiento se produjo un resurgir del ideal caballeresco, fusionado en este caso con la cultura. La política imperial de Carlos I favoreció la aparición del ideal de cortesano: el poeta que participaba en campañas militares y misiones diplomáticas. El prototipo de caballero renacentista fue retratado por Baltasar de Castiglione en El cortesano.
La renovación de la poesía cancioneril permitió un mejor conocimiento de las literaturas clásica e italiana renacentista. Uno de sus máximos exponentes, Francesco Petrarca, influyó en poetas españoles del siglo XV. Petrarca consiguió armonizar la herencia de la lírica culta provenzal con la literatura clásica y con la de los poetas italianos de su generación. La poesía italiana aportó dos innovaciones rítmicas: el endecasílabo y el encabalgamiento. La lírica renacentista incorporó estrofas y tipos de composiciones habituales en la lírica italiana: los tercetos encadenados, la lira, la octava real, la estancia, el soneto y la estrofa sáfica.
Estilo y Temas de la Lírica Renacentista
En la primera mitad del siglo XVI se cultivó una poesía que responde al ideal de sencillez y naturalidad expresiva. En la poesía renacentista se aprecia también un cambio estilístico: cobran importancia la adjetivación, sobre todo el empleo del epíteto para describir el mundo exterior, y el uso de metáforas para caracterizar los rasgos físicos de la dama. Destaca la utilización del hipérbaton.
La nueva poesía desarrolló temas e ideales provenientes del neoplatonismo, de la literatura clásica y de la poesía italiana, influida por Petrarca. El tema principal de la lírica renacentista es el amor. Su expresión es el resultado de la introspección del yo poético, que manifiesta su sufrimiento por la ausencia o la muerte de la amada, o la falta de correspondencia. Abundan motivos como el dolor que provoca el amor, su poder y la lucha entre la razón y el deseo. La descripción de la mujer corresponde al canon de belleza renacentista y aparece asociada a imágenes de la naturaleza.
Otro tema frecuente es la naturaleza, que aparece descrita con el tópico del locus amoenus. La belleza de la naturaleza está relacionada con el amor: el paisaje se humaniza como proyección del estado de ánimo del yo poético o se presenta un duro contraste entre esa hermosura, a quien se dirigen sus quejas, y el dolor del amante desdichado. El tópico del carpe diem se asocia al amor, ya que incita a su disfrute, y con frecuencia es presentado por medio de imágenes relacionadas con los ciclos de muerte y renovación de la naturaleza.
La mitología clásica sirve también para expresar la relación amorosa, con alusiones a los dioses y a los seres mitológicos. Otros temas menores de esta lírica renacentista son la amistad y el elogio cortesano.
Poesía Religiosa y Moral en la Segunda Mitad del Siglo XVI
En la segunda mitad del siglo XVI se abordan asuntos más diversos. En este período, dominan la poesía religiosa y la poesía moral. En la lírica reflexiva de carácter ético destacan los siguientes tópicos y motivos: el beatus ille, al que se recurre para tratar la búsqueda de la perfección en la naturaleza, mediante el menosprecio de lo urbano, y la dominación de las pasiones; el conocimiento de sí mismo, la introspección, con los que se consiguen el acercamiento y la comunicación con Dios.
Etapas de la Poesía Renacentista
En la poesía renacentista se distinguen dos etapas, que se corresponden con los reinados de Carlos I y Felipe II. En los primeros años del siglo XVI predominó la lírica cancioneril. Además, fueron populares los romances y poemas tradicionales. En la primera mitad del siglo XVI se destaca la renovación poética producida por la irrupción del petrarquismo y la influencia clásica. En la segunda mitad del siglo XVI, la aplicación de los principios de la Contrarreforma produjo importantes cambios religiosos y culturales. Los cambios de esta etapa se corresponden con el auge de la literatura espiritual.
Estas creaciones incorporaron formas expresivas y motivos de la primera etapa para desarrollar temas morales o ascético-místicos. Esta lírica aborda dos caminos espirituales:
- Ascética: Busca la perfección mediante la purificación y expresa el proceso que lleva a la unión del alma con Dios a través de tres vías: la purgativa, en la que el alma se purifica y se libera de las pasiones; la iluminativa, en la que la luz de Dios guía al alma; y la unitiva, en la que se produce la unión plena.
- Mística: La experiencia mística se corresponde con la vía unitiva.
Autores y Obras Representativas del Renacimiento Español
Garcilaso de la Vega
En 1543 se publicó Las obras de Boscán y algunas de Garcilaso de la Vega, el primer poemario petrarquista de la lírica española. La breve obra de Garcilaso produjo la más importante revolución de la lírica española y se convirtió en el modelo de los poetas posteriores. El tema por excelencia de la lírica garcilasiana es el amor, expresado desde la melancolía y la tristeza por la frustración o la ausencia de la amada. Con él se relaciona la naturaleza, presentada en su perfección con el tópico del locus amoenus como reflejo del mundo interior del yo poético, refugio de su dolor, ante el que ella se compadece o se siente incapaz de calmarlo.
En otros poemas, se abordan los temas de la amistad, el destino, la fortuna, o de la necesidad de dominar las pasiones. En sus primeros poemas de estilo petrarquista, se percibe la influencia de la poesía de cancionero y del poeta valenciano Ausias March. Están escritos en un tono más desgarrado y predominan los recursos propios de la lírica cancioneril. A partir de 1532 se incrementa el contacto de Garcilaso con la poesía petrarquista. En estos años escribe la mayor parte de su obra e incorpora los géneros de tradición clásica.
Las Églogas de Garcilaso
En las églogas, unos pastores exponen sus quejas amorosas en un entorno idealizado. Las tres églogas comparten temas como el amor y el sufrimiento por haberlo perdido o no ser correspondido.
- Égloga I: Contiene los monólogos de dos pastores, Salicio y Nemoroso, que tratan sobre el dolor que producen el rechazo y la muerte de la amada. Está escrita en estancias de canción petrarquista.
- Égloga II: Sobresale por su heterogeneidad y variedad métrica. La primera parte se centra en el dolor y la locura de un amor no correspondido: el de Albanio hacia Camila. Albanio intenta suicidarse y relata sus desventuras. La segunda parte contiene el elogio de las hazañas de la casa de Alba. Se emplean tercetos encadenados, endecasílabos con rima interior y estancias.
- Égloga III: Narra las historias que tejen cuatro ninfas a orillas del Tajo: tres son relatos mitológicos y la cuarta refiere la muerte de Elisa, amada de Nemoroso. Incluye los cantos amorosos de los pastores Tirreno y Alcino. Se emplea la octava real.
Su lengua poética se caracteriza por aspirar a una naturalidad expresiva, en la que destaca especialmente el uso de epítetos. También cabe mencionar las metáforas, personificaciones e hipérbatos.
Fray Luis de León
Fray Luis escribió su poesía coincidiendo con el auge de la literatura espiritual de la segunda mitad del siglo XVI. La obra poética de Fray Luis fue publicada en 1631 por Quevedo. Se trata de poesías morales. Sus fuentes son la poesía de Horacio y de Virgilio, así como los textos bíblicos. En ellas se observa también la influencia del neoplatonismo y la filosofía estoica, que proponía la necesidad de vencer las pasiones para lograr la paz y serenidad. La tranquilidad y el bien se pueden alcanzar a través del conocimiento de uno mismo, el tópico vivere secum, y llevando una existencia apartada.
En el lenguaje poético de Fray Luis destacan el uso de metáforas pertenecientes a campos asociativos relacionados con la naturaleza, las repeticiones de palabras, las anáforas, los cultismos latinos y los hipérbatos. La prosa luisiana está influida por las ideas humanistas y por los valores de los agustinos. Entre los escritos del autor destacan los siguientes:
- Exposición del Cantar de los cantares
- Exposición del libro de Job
- La perfecta casada (Son comentarios de textos bíblicos)
- De los nombres de Cristo: Es su obra en prosa más importante. Está escrita en forma de diálogo y trata de los significados de los diversos nombres con que se alude en la Biblia a Cristo.
San Juan de la Cruz
La obra poética de San Juan constituye un hito en la lírica occidental por su intensidad amorosa y excelencia literaria. La necesidad de expresar la unión con la divinidad por medio de un lenguaje que le resultaba insuficiente llevó a San Juan a incorporar motivos de varias tradiciones poéticas: la lírica tradicional, la clásica, la italianizante y la bíblica. La prosa de San Juan se compone de cuatro tratados místicos que glosan los poemas mayores: Subida del monte Carmelo, Noche oscura, Cántico espiritual y Llama de amor viva.
Géneros Narrativos del Renacimiento
Novela Bizantina o de Aventuras
El descubrimiento de las Etiópicas y las primeras traducciones de esta obra brindaron el modelo de la novela griega de aventuras a un nuevo subgénero renacentista: la novela bizantina o de aventuras. Al igual que su modelo griego, la novela bizantina está protagonizada por una pareja de jóvenes enamorados, bellos y castos, que son separados hasta que al final se unen. La novela se estructura en torno a un viaje, y los jóvenes deben enfrentarse a múltiples impedimentos, cuya función es dificultar el desenlace de la historia. Los más habituales son: los piratas, las tormentas, las islas y el cautiverio.
En España, el héroe de la novela bizantina, joven y casto, cuyo objetivo primordial es el amor, se transformará con el tiempo en peregrino, símbolo del hombre cristiano, y el viaje, en una peregrinación de carácter religioso. La novela bizantina incorporó los recursos narrativos de Heliodoro y de Aquiles Tacio: el inicio in media res y la interpolación de historias.
Novela Pastoril
La novela pastoril relacionó el ambiente bucólico con el cortesano. Esa mezcla permitió, en su época, una lectura en clave en la que se transmitían alusiones a personas y sucesos reales, que actualmente se nos escapan. La novela pastoril se construye también mediante el viaje: los personajes se desplazan en busca de la felicidad. En la historia se distinguen dos tipos de acciones: una en presente, lenta, y otras en pasado, constituidas por los relatos de los pastores. Durante el viaje se suman historias de problemas amorosos de otros personajes.
Los personajes de la novela pastoril son pastores idealizados que se comportan y hablan como cortesanos y se caracterizan por su castidad. En estos relatos sobresale el protagonismo de algunos personajes femeninos. El espacio donde habitan y dialogan los pastores representa el mundo ideal al que se aspira como evasión de la realidad. Constituye un espacio bucólico, arcádico, con los elementos naturales propios del locus amoenus.
La novela pastoril coincide con la novela de aventuras en el comienzo in media res y la interpolación de historias intercaladas. En estas novelas, adquiere importancia el diálogo y se restringe así el papel del narrador: este se limita a ceder la palabra a los personajes, a iniciar y concluir escenas o realizar breves descripciones, y no intercala digresiones. De este modo, casi toda la historia es transmitida por las intervenciones de los personajes, por lo que se utiliza básicamente un discurso dramático. El diálogo de los pastores puede verse interrumpido por medio de dos procedimientos: las cartas o los poemas.
Otros Géneros Narrativos
En el siglo XVI y parte del XVII aparece una serie de textos que siguen el modelo de la Tragicomedia de Calisto y Melibea. Aunque en la primera mitad del siglo XVI se produce un número reducido de obras de la novela sentimental, destacan las novelas creadas a fines del XV por Juan de Flores y Diego de San Pedro, que fueron continuamente reeditadas. La novela de caballerías tuvo un desarrollo extraordinario que alcanzó su apogeo entre 1510 y 1560. En la segunda mitad del siglo disminuyó su avance, aunque su popularidad se prolongó hasta las primeras décadas del siglo XVII. Al caballero enamorado y heroico de los relatos medievales, se sumarán el caballero cristiano en lucha contra los infieles en Constantinopla y el caballero aventurero. La novela morisca evoca la vida de la frontera entre Castilla y el último reino musulmán en el siglo XV. A diferencia de la novela de caballerías, la toponimia de estas obras es real.
Miguel de Cervantes y su Obra
Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares. Situado entre el Renacimiento y el Barroco, es considerado uno de los escritores más importantes por su novela Don Quijote de la Mancha. Participó como soldado en la batalla de Lepanto y, a consecuencia de eso, perdió el uso de la mano izquierda. De regreso a España fue secuestrado por los piratas turcos y llevado preso a Argel, donde estuvo cinco años en prisión. Fue liberado por los frailes trinitarios, que pagaron su rescate, y pudo volver a España.
La Galatea
En 1585 Cervantes publicó la primera parte de La Galatea, novela pastoril cuyo tema es el amor. La base argumental es sencilla y se localiza en un espacio limitado y en un tiempo muy breve. A esto se le puede añadir tres elementos:
- Relatos interpolados: Aparecen cuatro narraciones intercaladas: dos de género pastoril, una cortesana trágica y otra bizantina.
- Poemas: La mayor parte está escrita en prosa, pero como los pastores son poetas se añade una variada poesía amorosa.
- Debates: La novela ofrece debates filosóficos sobre el amor.
La Galatea es una novela inacabada.
Novelas Ejemplares
En 1613 Cervantes publicó sus Novelas ejemplares, una colección de doce relatos. Las Novelas ejemplares son realistas e idealistas, críticas y conformistas, burlescas y serias, e incorporan estilos de otros modelos narrativos de la época y materiales folclóricos. Las Novelas ejemplares incluyen los siguientes títulos: La gitanilla, El amante liberal, Rinconete y Cortadillo, La española inglesa, El licenciado Vidriera, La fuerza de la sangre, El celoso extremeño, La ilustre fregona, Las dos doncellas, La señora Cornelia, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros.
Las Novelas ejemplares carecen de un marco común, no existe nexo que las una. A pesar de su aparente sencillez, presentan una variedad de modos narrativos y gran complejidad. La mayoría de estos relatos cuentan una historia de amor; la amistad está también presente en varias de las novelas.
Los Trabajos de Persiles y Sigismunda
Los trabajos de Persiles y Sigismunda es una novela bizantina que se publicó en enero de 1617. Trata sobre una pareja de jóvenes y nobles amantes que realizan un largo peregrinaje por el norte de Europa, España e Italia. En el recorrido se enfrentan a numerosos peligros, que son pruebas de las que salen airosos, así es posible su matrimonio final. El peregrinaje de los protagonistas de Persiles es un símbolo de la vida humana, que llega a la perfección con la intervención de la providencia divina.
Don Quijote de la Mancha
Fecha de publicación: 1605 (primera parte).
Género literario: Parodia de las novelas de caballerías.
Estructura y Argumento
Esta es la historia de un viejo hidalgo manchego, llamado Alonso Quijano, que enloquece por leer muchos libros de caballerías. Se bautiza a sí mismo como don Quijote de la Mancha, y también le pone nombre a su dama, Dulcinea del Toboso, y a su viejo caballo, llamado Rocinante.
- Primera salida: Libera a un muchacho de los malos tratos de su amo, y es golpeado por unos mercaderes. Un vecino lo devuelve a su casa.
- Segunda salida: Va acompañado por Sancho Panza, un vecino a quien convenció para que le sirviera como escudero a cambio de riquezas y poder.
- Tercera salida: También irá acompañado de Sancho.
Al final, don Quijote es vencido por un bachiller y ha de aceptar el trato de volver a su casa. Ya en su casa, abatido y enfermo, muere después de recobrar el juicio.
Significado de los Personajes
- Don Quijote: No distingue entre la realidad y la ficción. En la segunda parte, en cambio, se inicia un proceso de «desquijotización»: ve las cosas tal y como son. Es un símbolo del hombre idealista que lucha por los grandes ideales: la justicia, el amor y la libertad.
- Sancho Panza: Representa el realismo, el sentido práctico de la vida y la visión materialista de las cosas. Es un labrador vecino de don Quijote.
- Dulcinea del Toboso: Es la dama idealizada de don Quijote, que, según sabemos por Sancho, posee más rasgos masculinos que femeninos.
Lenguaje y Estilo
- Brillante utilización de los diálogos.
- La enorme riqueza de niveles léxicos.
- El perfecto empleo de la parodia y la ironía.
- El uso de la descripción con distintas funciones.
Mensaje de Cervantes con el Quijote
Don Quijote y Sancho representan las dos vertientes de la naturaleza humana, no contrapuestas sino complementarias: realistas e idealistas.