Miguel Hernández (1910-1942)
Para muchos críticos, Miguel Hernández pertenece a la Generación del 27, puesto que sus primeras composiciones comparten características afines a las obras de estos autores, como el gusto por Góngora o el uso de metros populares. Sin embargo, por su edad y su trayectoria poética, pertenece a la generación de posguerra. Su obra está impregnada de una emoción intensa, de un hondo contenido humano, enmarcado en unos versos de gran perfección formal.
Etapas Poéticas
La trayectoria de Miguel Hernández se divide en dos etapas principales: inicios y plenitud. Ambas se caracterizan por la búsqueda de un lenguaje poético propio y por la utilización de estrofas clásicas como octavas reales, sonetos o tercetos.
Inicios: Perito en lunas (1934)
Formado por 42 octavas reales, este poemario somete oficios y objetos humildes y usuales a una elaboración metafórica hermética. Sigue la moda gongorina, utilizando metáforas e imágenes vanguardistas, hipérbatos y léxico cultista.
Plenitud: El rayo que no cesa (1936)
En esta colección de sonetos, el poeta aborda sus tres grandes temas: amor, vida y muerte. El amor se presenta como un deseo incompleto, ya que las pautas morales impiden a la amada acceder a su pasión erótica. El símbolo del rayo transmite la idea del fuego pasional que consume al amante y la herida que ello le provoca. Este sentimiento trágico se vincula a la figura del toro, que representa la virilidad, la pasión y la libertad, unidas a la muerte.
Guerra y Cárcel: La Voz del Pueblo
Viento del pueblo (1937)
En esta obra, su poesía se convierte en la voz del pueblo, cuyos sentimientos desea comprender y compartir. Los versos están cargados de angustia y de airada protesta frente al sufrimiento de los pobres y de los niños, como se aprecia en poemas como El niño yuntero y Aceituneros en Jaén. El amor se dirige no solo a la mujer, sino también a la tierra y a la gente que lucha.
Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941)
Escrito en la cárcel, este poemario se inspira en las formas escuetas de la lírica popular y supone el culmen del proceso de simplificación retórica. Las metáforas se reducen en busca de una expresión más esencial y directa. Estas composiciones tienen como eje temático la ausencia: la de su primer hijo, que ha muerto; la del segundo y la de su mujer, a los que no puede ver; y la ausencia de libertad. El dolor impregna los versos y aparece, de nuevo, el hambre, que da origen a Nanas de la cebolla. En estos poemas, el poeta recuerda una guerra que solo ha causado odio y ha sumido a hombres y mujeres en la tristeza; pero aun así, sigue creyendo en el amor como esperanza: amor al hijo, que es futuro; amor a la esposa, con la que ha llegado a la plenitud afectiva y erótica. Muchas de las «poesías de guerra» se escribieron en el campo, en las trincheras, ante el enemigo, sintiendo en profundidad la tragedia de una España, la de los milicianos, que luchaba por ideales de justicia y libertad.
Núcleos Temáticos en la Obra de Miguel Hernández
Amor
El erotismo es al principio un deseo insatisfecho que produce sufrimiento; más tarde, aparecerá como la plenitud amorosa que colma de dicha.
Muerte y Dolor
Las vivencias personales y la realidad social provocaron sufrimiento en el individuo. La máxima expresión de esta situación es la muerte, así como la guerra y otras calamidades como el hambre, la cárcel o la ausencia de los seres queridos.
Vida y Esperanza
En contraste con los ejes temáticos anteriores, su poesía refleja un profundo vitalismo, unido generalmente al amor y a la solidaridad.
Símbolos Recurrentes
Símbolos Eróticos
El vientre y el sexo femenino constituyen el centro de la vida, la plenitud amorosa, el refugio seguro.
Símbolos del Dolor
Símbolos agresivos construidos por medio de metonimias basadas en armas o en partes del cuerpo.
Símbolos de la Muerte
La presencia constante de la muerte aparece unida a la figura trágica del toro, a la oscuridad, a la noche, al vacío.
Contexto Poético: La Lírica Española Tras la Guerra Civil
Cuando estalló la Guerra Civil, los poetas de la Generación del 27 estaban en su momento álgido de producción. Además, otros autores como Antonio Machado, Miguel de Unamuno o Juan Ramón Jiménez también lo seguían haciendo. La contienda sumió a España en un período de profunda crisis económica y cultural. La penuria que vivió el país creó un vacío literario al que contribuyeron varios hechos decisivos:
- La muerte de poetas representativos de generaciones anteriores como Antonio Machado o Miguel de Unamuno, o el asesinato de otros como Federico García Lorca.
- La censura y la represión del régimen, que cercenaban la libertad creadora y perseguían a los disidentes.
- El exilio de poetas como Juan Ramón Jiménez y gran parte de los miembros de la Generación del 27.
Hubo poetas que se adhirieron a la ideología dominante, exaltando valores patrióticos y religiosos. Las principales influencias de la lírica de posguerra fueron: Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado para los poetas que defendían una visión global del hombre; Luis Cernuda para los que cantaron las preocupaciones vitales; Vicente Aleixandre, Rafael Alberti o Pablo Neruda para los poetas comprometidos; y Garcilaso de la Vega para los autores falangistas de la primera posguerra. Antonio Machado fue también reivindicado por los falangistas, quienes veían en sus poemas una exaltación de las tierras castellanas, representativa de la España nacionalcatólica. Al estallar la Guerra Civil, muchos poetas participaron activamente en defensa de sus ideales. Entre 1936 y 1939 se desarrolló una literatura de propaganda ideológica, que no se caracterizó, en general, por su calidad; sin embargo, debe destacarse la figura de Miguel Hernández.
La Poesía Social (Años 50)
La poesía desarraigada evoluciona durante la década de los cincuenta hacia la poesía social, denominada también cívica o comprometida. Esta tendencia conlleva un retorno al realismo social, tradición literaria que se había truncado con la Guerra Civil. Esta poesía alcanza su madurez con la publicación en 1955 de Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y Cantos íberos de Gabriel Celaya.
Los escritores de la poesía social consideran que el poeta debe reflejar la realidad del país, tomar partido por los más desatendidos de la sociedad y denunciar los males que afectan a la nación. Gabriel Celaya afirmaba que «la poesía es un instrumento, entre nosotros, para transformar el mundo». La poesía se convierte en vehículo de comunicación para llegar a la inmensa mayoría y despertar la conciencia de los individuos. Entre sus autores más representativos están Gabriel Celaya, Blas de Otero y José Hierro.
Esta poesía parte de la idea de que el poeta debe anteponer los problemas y sufrimientos de los hombres de su tiempo a cualquier otra circunstancia. Creían que la poesía podía cambiar el mundo, por lo que era un instrumento útil. El escritor puro, el que solo busca la belleza, es un irresponsable, ya que todo el que no denuncia la opresión es su cómplice.
Características Fundamentales de la Poesía Social
El concepto de poesía social se plasma en tres características fundamentales:
- La poesía es comunicación y ha de dirigirse a la inmensa mayoría, expresión con la que Blas de Otero se enfrenta al lema anterior de Juan Ramón Jiménez («a la inmensa minoría»).
- La poesía es testimonio y ha de reflejar la realidad de la calle.
- La poesía es una herramienta de transformación que ayuda a construir una sociedad más justa.
La mayoría de los poetas sociales evolucionan, con el paso del tiempo, hacia distintos estilos poéticos; sin embargo, todos ellos comparten una serie de características comunes y unos temas afines:
- Uso del verso libre: Confiere un tono narrativo al poema. Predominio del contenido sobre la forma. Siguiendo la línea de la poesía desarraigada, el carácter literario del poema queda supeditado a su contenido, pues lo importante es el mensaje. Frente a la denuncia, la forma es accesoria.
- Lenguaje sencillo y coloquial: Empleo de un lenguaje sencillo y coloquial para llegar a la inmensa mayoría; por ello, el léxico empleado adquiere un tono narrativo e incluso prosaico.
- Temas predominantes: Las injusticias sociales, la solidaridad, el mundo del trabajo, la preocupación por la política del país y el deseo de libertad son, entre otros, los temas predominantes. Sin embargo, el tema de España es el más presente. Los poetas expresan el dolor que sienten por el país y protestan ante la realidad española, la Guerra Civil y sus consecuencias. El problema de España había caracterizado a los autores de la Generación del 98; aunque, a diferencia de estos, el tema adquiere en esta época un tratamiento más político, crítico y obsesivo. En muchos casos, reflejan un sentimiento contradictorio hacia España: de dolor ante la situación dramática del país, y de amor incondicional hacia la patria y esperanza en el futuro.
Blas de Otero (1916-1979)
La trayectoria de Blas de Otero representa la evolución de la poesía española desde 1939: de la angustia vital del «desarraigo» a una poesía social que expresa comunes anhelos de paz y justicia; y de esta, la búsqueda de nuevos caminos y formas. Durante los años 50 y 60, será el representante más destacado de la poesía social. En los años 70, su poesía se centrará en el carácter autobiográfico y experimental.
Etapas Poéticas de Blas de Otero
Primera Etapa: Inicios
A esta etapa, a la que el autor renunció posteriormente, su poesía presentaba una temática religiosa y amorosa con influencia de los modernistas, de Juan Ramón Jiménez y San Juan de la Cruz.
Segunda Etapa: Poesía Desarraigada
En los años 40, Otero sufre una crisis personal. En 1949, publica Ángel fieramente humano, poemario con el que abre esta etapa. En esta obra, cuyos protagonistas son Dios y el poeta, sus versos expresan la angustia del hombre enfrentado inevitablemente a la muerte. Predominan las formas clásicas, sobre todo los sonetos, con rupturas rítmicas por encabalgamientos abruptos o por el lenguaje violento. Son frecuentes las referencias a la Biblia, de donde toma imágenes, frases e incluso el ritmo de los salmos. Rebelde de conciencia (1951) continúa la línea temática y formal de la obra anterior, pero ahora incorpora la expresión solidaria y el acercamiento a los demás. En 1958, publica Ancia (título formado por la primera sílaba de Ángel fieramente humano y la última de Rebelde de conciencia), en el que recoge los dos poemarios anteriores, cambia el orden de los poemas e incorpora 48 nuevos poemas.
Tercera Etapa: Poesía Social
Esta etapa se inicia con Pido la paz y la palabra (1955). El primer poema de este libro, «A la inmensa mayoría», hace explícito su cambio de actitud: «Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre / aquel que amó, vivió, murió por dentro / y un buen día bajó a la calle: entonces / comprendió y rompió todos sus versos». En su búsqueda solitaria, el poeta se encuentra con los otros: «Definitivamente cantaré para el hombre». Y en su canto, dos palabras se convierten en claves: la palabra, que le permite al hombre protestar, y la paz, para que España pueda vivir sin la presencia de la muerte y la injusticia. La preocupación social sustituye a la agonía individual; la solidaridad con los que sufren en lugar de la religión. Denuncia la miserable situación en la que se encuentra España y alienta a la esperanza. En 1959, publica En castellano, donde el verso libre y los metros cortos buscan el ritmo en las repeticiones fónicas (aliteraciones, rimas internas, asonancias) o morfosintácticas (anáforas, paralelismos, antítesis, enumeraciones), y muestran el proceso de simplificación de su poesía. Retoma elementos vanguardistas como la supresión de signos ortográficos, fragmentación sintáctica, intertextualidad, disposición tipográfica, ruptura de frases hechas, refranes, etc. Que trata de España (1964) incorpora técnicas de la lírica popular y muchos de los poemas están dedicados a las tierras de España y a españoles ilustres (Cervantes, Machado, Unamuno, etc.).
Cuarta Etapa: Tono Meditativo y Experimental
De tono meditativo y nostálgico, esta etapa recoge poemas como los de Mientras y poemas en prosa como Historias fingidas y verdaderas, ambas publicadas en 1970.
Desenvolvemento Vertical na Organización
Autoridade e Responsabilidade
A autoridade é a potestade para dar ordes e instrucións.
Xerarquía
Entendemos por xerarquía a distribución ou reparto da autoridade ao longo da organización.
Unidade de Mando
Principio que establece que un subordinado só debe recibir ordes dun superior.
Descentralización
Cando un superior xerárquico concede a un subordinado a capacidade de resolver e decidir sen consultar ao superior, dicimos que ese posto está descentralizado.
Desenvolvemento Horizontal na Organización
División do Traballo
Distribución ou reparto das tarefas entre varios membros da organización.
Especialización
Maior capacidade e competencia no desempeño dun traballo como consecuencia do aumento da habilidade que se deriva da división do traballo.
Coordinación
Dividir o traballo implica ordenar os labores do colectivo dos membros da organización. Ese traballo consistente en ordenar o traballo de todos recibe o nome de coordinación.
Agrupación de Unidades
A división do traballo en grao extremo tamén implica, paradoxalmente, a necesidade de agrupar postos en unidades organizativas con algún grao de afinidade. Os criterios para agrupar son variados: funcionais, por produtos, por procesos, por sectores de mercado.
Organización Formal
É aquela que é establecida pola Dirección dun xeito consciente, planificado… para acadar os obxectivos da empresa. É a organización oficial que queda recollida nun organigrama.
Organización Informal
Son as relacións e os grupos que se establecen entre as persoas dunha organización sen que a Dirección teña nada que ver con elas. Son as relacións que se establecen dun xeito espontáneo, por amizade, enemistade, afeccións comúns….
Estrutura Liñal
Características
- Responde aos principios de unidade de mando e disciplina: o xefe exerce a autoridade sobre os subordinados.
- Utilízana na maioría de PEME’s e no exército.
- A autoridade e as comunicacións flúen desde os niveis altos aos baixos.
Vantaxes
- Rapidez nas decisións e facilidade de comprensión.
Inconvenientes
- Non se aproveitan as vantaxes da división do traballo: a especialización.
- Os xefes teñen que saber de todo.
- As decisións concéntranse en poucos postos que pasan a ser clave na marcha da empresa.
Estrutura Funcional
Características
- Fronte ao modelo anterior, introdúcense especialistas nos distintos niveis xerárquicos, de tal xeito que os subordinados xa non dependen só dunha persoa senón de varias.
Vantaxes
- Si se aproveitan as consecuencias positivas da división do traballo: a especialización.
Inconvenientes
- Posible aparición de conflitos polo feito de que un subordinado pode depender de varios xefes ou encargados e as instrucións poden ser diverxentes ou mesmo contraditorias, o que pode provocar o caos.
Estrutura Liñal ou Staff
Características
- Combina as relacións de autoridade directa ou lineais coas relacións de consulta e asesoramento que se manteñen cos departamentos staff.
- Un departamento staff é un gabinete técnico que non ten autoridade sobre os directivos, nin sobre os mandos intermedios nin sobre os operarios.
Vantaxes
- As decisións que se adopten estarán máis fundamentadas.
Inconvenientes
- Posible aparición de conflitos entre a autoridade do técnico-asesor e a autoridade formal da estrutura organizativa.
Estrutura en Comité
Características
- A autoridade e a responsabilidade son compartidas conxuntamente por un grupo de persoas en pé de igualdade.
- As decisións adóptanse de forma colexiada.
- Os comités, polo regular, fórmanse para ocasións especiais como, por exemplo, estudar o lanzamento dun novo produto.
Vantaxes
- Varias persoas ven máis que só unha; ademais, as decisións colexiadas implican e responsabilizan a todos por igual.
Inconvenientes
- Perda de tempo, ineficacia, falta de axilidade á hora de decidir, adopción de solucións de compromiso que contenten a todos.