Vida y Muerte en la Poesía de Miguel Hernández
La vida y obra de Miguel Hernández son inseparables, un reflejo mutuo que converge en el sufrimiento y la muerte. Una excepción son sus primeros poemas (hasta El Rayo que no cesa), llenos de un vitalismo despreocupado donde la vida y la obra del poeta divergen. Este vitalismo personifica la naturaleza: ‘la piedra amenazada’, ‘la luna se diluye’, ‘la espiga aplaude al día’. La muerte, si acaso, se poetiza en los atardeceres.